La alimentación consciente es una práctica donde se invita a conectarse con lo que estás haciendo, prestar atención a todo el proceso de alimentación, desde escoger cada uno de los alimentos en el supermercado, con la intención de estar saludable, al mismo tiempo preparar comidas nutritivas, saborearlos con los cinco sentidos al momento de consumirlos e identificando cómo estos alimentos nos hacen sentir.
En algún momento de nuestra vida hemos experimentado lo que es comer de una manera automática, sin disfrutar realmente la comida, abusando de las cantidades, mirando la televisión o el teléfono celular, sin prestar la debida atención a nuestros alimentos, y muchas veces ni recordando lo que había en el plato luego de terminar de comer.
Incluir la alimentación consciente a tus actividades diarias, lograrás escoger tus alimentos con un objetivo claro, promoviendo una nueva relación con los alimentos, identificando qué es lo que buscas con esos alimentos y cuánta nutrición te aportan para tu salud y bienestar.
Al estar presente en tus comidas, lograrás tomar mejores decisiones para distinguir cuáles alimentos te hacen sentir bien, cuales tienes que eliminar de tu dieta, en caso de que hayas experimentado algún tipo de problema como intolerancia, inflamación e incluso alergias en la piel, a esto lo llamamos alimentación consciente.
Escucha a tu cuerpo, conócete, hazte preguntas ¿cuáles alimentos te aportan energía para realizar las actividades que tanto te gustan? ¿Qué quieres conseguir con estos alimentos? ¿Qué beneficios te ofrecerán? ¿Cuál es tu porción ideal?
Entre bocado y bocado toma una pausa, realiza unas cuantas respiraciones para ir activando cada uno de los sentidos, percibe el aroma de la comida, disfruta cada uno de los sabores, deléitate con la sensación de los alimentos en la boca y el sonido al momento de masticarlos; observa los colores en el plato, identifica si estás o no satisfecho. Estas acciones, te permiten estar presente, lograrás identificar el momento de parar de comer, con una actitud solidaria contigo, sin ningún juicio ni culpa, disfrutando la sensación de haber nutrido a tu cuerpo y mente con los alimentos que te gustan.
Aprender a identificar el hambre emocional, que se define como la utilización de la comida como vía de escape o alivio frente a una emoción, utilizando la ingesta de alimentos para sentirnos mejor y distraernos de lo que realmente está sucediendo en nuestra vida.
Un buen ejercicio para gestionar las emociones, es escribir lo que estás sintiendo; la escritura te ayudará a conocerte, teniendo un registro para así poder gestionarlas.
Por ejemplo
Emoción → Gestión
Aburrimiento → Llama o escribe un mensaje de texto a un amigo o familiar.
Ansiedad → Prueba con una rutina de yoga, escucha música y baila.
Al estar presentes y enfocar nuestra atención en la actividad que estamos realizando, podemos percibir las señales de nuestro cuerpo, identificar si realmente tenemos hambre o hay una emoción oculta, como la ansiedad, que algunas veces nos pide a gritos ir por un dulce o si por el contrario tenemos sed y solo necesitamos tomar agua.
Practicar la alimentación consciente, trae muchos beneficios, nos ayuda a comer despacio, disfrutar la comida, comer sin distracciones evitar la multitarea, activar los cinco sentidos, y hasta disminuir las porciones.
Tu foco está en nutrir a tu cuerpo y a tu mente, regálate el tiempo para hacerlo de una manera activa y armoniosa, sin pensar en la siguiente actividad, sin ver el teléfono, o revisando los emails o las redes sociales, inténtalo poco a poco, tomate unos minutos para ir creando el hábito de estar presente, antes, durante y después de tus comidas.
Esta práctica, alimentación consciente, te brinda la oportunidad de tomar acción y trabajar por ti de una manera amigable para tu salud.
Para terminar, recuerda que mi trabajo se enfoca en darte diferentes opciones de salud y bienestar, con el objetivo de mejorar tu calidad de vida.
